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Nuestra Historia

Nuestra Historia

El 1° de julio año 1992 se crea la Fundación Pro Hábitat, 25 años después continúa con el apoyo y ejecución de programas y proyectos de Participación, Gestión Comunitaria, y Soluciones Habitacionales al sector del estado boliviano. El involucramiento, participación y toma de decisiones de la población en la construcción de soluciones habitacionales en comunidades rurales, como en la configuración de las ciudades y por consiguiente la gestión de derechos colectivos, es el núcleo principal para reducir la marginalidad urbana y las deficientes condiciones de vida a las que son expuestas miles de familias.

Con proyectos de viviendas saludables y productivas, la capacitación para el mejoramiento de viviendas, gestión participativa en medio ambiente y servicios básicos, en Tarija, Chuquisaca y Cochabamba, teniendo como líneas de acción la Capacitación y educación comunitaria, investigación, uso de tecnologías apropiadas, sistematización, incidencia política e información y difusión, se ha logrado beneficiar a miles de familias, mejorando, ampliando y renovando más de 47.000 viviendas adecuadas, mejorando las condiciones de habitabilidad y salubridad para las familias en zonas endémicas como los departamentos de Tarija y Chuquisaca, en más de 600 comunidades, donde se logró reducir del 78% a menos del 5% la infestación vectorial domiciliaria del vector (vinchuca) transmisor de la  enfermedad de Chagas en Bolivia, contribuyendo en gran manera al Programa de Control de Chagas, así como apoyando en con proyectos de vivienda saludable y productiva en el trópido de Cochabamba, saneamiento básico en el municipio de Cochabamba con proyectos de agua potable y fortalecimiento organizacional.

Hasta el año 213 pudimos beneficiar a más de 5000 familias con créditos para viviendas progresivas, siendo un factor clave para el acceso a vivienda en términos cualitativos.

Nuestro orígenes

El Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat) fue establecido en 1978 en Nairobi Kenia como ente coordinador de la cooperación técnica para la capacitación y comunicación, áreas de preocupación primordiales para la comunidad internacional.

En 1984 con el financiamiento de Naciones Unidas y DANIDA (Agencia Danesa de Desarrollo Internacional) nace el proyecto Boliviano de Hábitat conjuntamente sus similares en Sri Lanka y Zambia, cuyo objetivo era el de promover y posibilitar la participación comunitaria como un elemento integral en la planificación y ejecución de proyectos en asentamiento humanos. En Bolivia, fue ejecutado en 1985 por el Ministerio de Urbanismo y Vivienda mediante la dirección Nacional de Asentamientos Espontáneos (DINAE).

La primera etapa del proyecto 1985 coincide con el Decreto Supremo 21060 y la relocalización de los mineros, con el apoyo financiero de la comunidad internacional para los damnificados por las sequías en la región sud del país y las inundaciones y derrumbes en la región norte se crea el Fondo Social de Emergencia (FSE) cuyo objetivo central fue el de crear mayores fuentes de empleos para lo que se invirtió, entre otros ámbitos, en construcción de viviendas y en mejoras urbanas.

Posteriormente, con una extensión de financiamiento de NNUU y DANIDA, el proyecto se amplía por un año adicional, hasta 1986. En 1987 el proyecto cierra la primera etapa provocando la desintegración del equipo inicial conformado.

En 1988 con una nueva dirección el proyecto es reabierto, en una segunda etapa en medio de un ambiente adverso ya que la política de gobierno estaba concentrada en la construcción de viviendas. El proyecto tuvo una duración de tres años, hasta 1991 con la sigla de proyecto BOL/87/F05 con los propósitos de a) establecer un programa de capacitación descentralizada con apoyo técnico y administrativo y b) lograr la participación comunitaria como elemento institucionalizado de los programas de desarrollo de vivienda en asentamientos humanos y dentro de los planes de desarrollo nacional.

A fines de la segunda etapa, el más claro impacto de la capacitación fue observado a nivel de la comunidad. La Motivación de los beneficiarios y su organización ofrecían un gran potencial, pero ciertos obstáculos institucionales continuaban impidiendo la consolidación y expansión de las actividades del Proyecto.

El Proyecto vende sus servicios de capacitación

Para el equipo del Proyecto Boliviano, la capacidad de sostener y estabilizar las actividades de capacitación implicaba un paso importante hacia adelante: La generación de fondos, a través de la venta de servicios a las organizaciones nacionales e internacionales que soliciten apoyo técnico para desarrollar sus propios programas de asentamientos humanos.

A principios de 1992, el Proyecto recibió su primer ingreso localmente generado, como pago por un estudio para la institución gubernamental Fondo de Inversión Social (FIS); un contrato con la televisión finlandesa; y la venta de materiales educativos a CARE. Luego USAID contrató los servicios del Proyecto para iniciar una investigación rural sobre la enfermedad de Chagas: Siguieron otros convenios inter-institucionales, permitiendo al Proyecto firmar contratos que totalizaban medio millón de dólares en su primer año de venta de servicios de capacitación.

El año 92 nace el Proyecto de Control de la Enfermedad de Chagas como un proyecto piloto en Tarija. En esta fase se desarrollan los primeros materiales para el control de Chagas. En Tarija el proyecto se estableció en las comunidades de Erquiz y Lajas extendiéndose con resultados exitosos a Coimata, Cadillar y Orozas hasta el año 1994 donde se logró desarrollar y validar el modelo en base a tres componentes, educación y capacitación; mejoramiento de vivienda; rociado y vigilancia epidemiológica.

De Proyecto a Fundación

Habiendo dado los primeros pasos hacia su auto-sostenimiento y la autonomía institucional, el Proyecto boliviano de Hábitat, en su tercera etapa, estaba listo para adoptar una nueva forma de organización, que garantice la consolidación y continuidad de sus actividades de capacitación.

Los principales actores de la historia del Proyecto – DANIDA, Hábitat, PNUD y el Gobierno Boliviano - decidieron respaldar la opción de crear una fundación nacional la que eventualmente pudiera sostenerse y canalizar créditos para proyectos sociales en las áreas de vivienda y salud ambiental.
Una vez creada, esta nueva fundación boliviana generaría ingresos mediante la venta de servicios técnicos y de capacitación, cubriendo eficientemente las necesidades de las organizaciones nacionales e internacionales, estatales y no gubernamentales. Por intermedio de dichas agencias, la Fundación – denominada más tarde Pro Hábitat, en honor a sus orígenes institucionales – se orientaría a servir los intereses de sus principales beneficiarios: grupos organizados de hombres y mujeres de los sectores de bajos ingresos, trabajando para crear y mejorar su propio ambiente de vida.

Entre el año 92 y 93 se realiza la transición del proyecto CNUAH a la Fundación, a partir del 1 de julio de 1992 la Fundación ya está establecida legalmente y gracias al éxito de las actividades realizadas se consigue ampliar los proyectos en ejecución y formular nuevos proyectos.

La creación de Pro Hábitat fue una decisión histórica para Bolivia. Asimismo fue una experiencia innovadora para el Sistema de Naciones Unidas. El nacimiento de la Fundación significó la culminación de un proceso de siete años, en el que la iniciativa local y la flexibilidad institucional, guiados por la constante adaptación a las necesidades de capacitación de la comunidad, transformaron un Proyecto de asistencia del CNUAH al gobierno en una institución nacional, de propiedad y administrada por sus fundadores como miembros del personal.

PREMIOS

2017: 1er premio en la categoría “Proyecto” de la XIII Bienal de Arquitectura Boliviana con el proyecto “Construyendo Ciudad”, una propuesta de densificación urbana sostenible.

2014: 2º premio en el Primer Concurso Regional de Alternativas para Viviendas Populares organizado por la Alianza Internacional de Habitantes con el proyecto “Vivienda Saludable y Productiva para 794 Viviendas del Trópico de Cochabamba”.

2009: Finalista en los Premios Mundiales del Hábitat organizado por la Building and Social Housing Foundation con el proyecto “Gestiones Colectivas para Soluciones del Agua”.

2000: 1er premio en los Premios Mundiales del Hábitat organizado por la Building and Social Housing Foundation con el proyecto “Chagas 2.000 – Vivienda Saludable en el Valle Central de Tarija”.

MEMBRESÍA

1996-Presente:   Habitat Internacional Coalition (HIC)
2000-2012:          Red Nacional de Asentamientos Humanos (RENASEH)

MEMORIA INSTITUCIONAL

Presentación

Luis Ramírez Velarde

Un cuarto de siglo de vida, 25 años, no es poco para una institución sin fines de lucro, así que necesariamente le toca a la Fundación Pro Hábitat dar testimonio de esta su vida en medio del pueblo de Bolivia.

Somos una entidad nacional dedicada al mejoramiento del hábitat de los sectores populares tanto en el campo como en la ciudad, el hábitat en su sentido más integral y desde varios ángulos. Creo, por tanto, que es un deber hacer conocer todos sus recovecos y dejar testimonio de lo vivido, tanto como modelo de los éxitos como de las dificultades por las que atravesamos durante este tiempo. No lo vamos a hacer como un informe técnico riguroso y formal, lleno de cifras y citas, sino más bien desde la experiencia y dedicación de nuestros trabajadores, en sus propias y sencillas palabras, recordando los momentos que más les impresionaron en esta larga carrera. Sí, son algunos que están con nosotros desde nuestro nacimiento y otros que se fueron entusiasmando en el tiempo y que ahora forman una gran familia, totalmente dedicada a prestar sus servicios a los sectores populares necesitados, muchas veces, dadas las vicisitudes de una ONG, pasando varios meses sin sueldo y trabajando de día o de noche o durante los fines de semana… Todo por cumplir con esta su dedicación y ver en la sonrisa de los comunarios y vecinos su gran satisfacción.

Nacimos, como alguien recuerda, como secuela de un proyecto de Naciones Unidas con la intención de apoyar los esfuerzos de las comunidades en torno al mejoramiento de su hábitat. Allí en Tarija en una decidida lucha contra la enfermedad de Chagas comunidades enteras mejoraron sus viviendas para ahuyentar al vector de este mal y hasta ahora se pueden ver las casitas blancas y techos rojos en una buena parte de las comunidades alrededor de Tarija.

Es más cuando se visita alguna de ellas lo más emocionante es ver a la dueña de casa entusiasta llevándote a conocer su cocina mejorada o sus cuartos ordenados… El trabajo siguió en el Chaco con el mismo entusiasmo y luego nos llamaron de Chuquisaca, donde continuamos este acompañamiento a las comunidades de Zudáñez.

En una de las tantas inauguraciones de algún proyecto en Tarija, el propio Presidente entusiasta nos invitó a trabajar también en el Trópico de Cochabamba, donde en unas 17 comunidades acompañamos a casi 800 familias en un hermoso proyecto de construcción de sus viviendas, capacitación tanto técnica como social y ambiental, para el mejor uso de las viviendas nuevas, viviendas construidas a gusto y alcance de cada familia y como respuesta de la organización comunal alrededor de sus Comités de Vivienda.

Llegamos también a las ciudades con el apoyo a vecinos que emprendieron con entusiasmo esta labor en sus barrios periféricos, no sólo con la construcción de sus casas y la capacitación mencionada sino con sus proyectos de agua potable, letrinas o mejoramiento del barrio, capacitación y acompañamiento a sus jóvenes hasta incursionar en el apoyo hacia la regularización de la tenencia y construcciones en estas zonas. Durante un tiempo, mientras se podía, logramos apoyarlos también con pequeños créditos para sus proyectos de viviendas “crecedoras”, por etapas y según sus necesidades.

Fue emocionante el trabajo realizado con la comunidad de María Auxiliadora, apoyando en lo que se podía el gran esfuerzo de un amplio grupo de mujeres que empujaron la creación de su comunidad, con dedicación y entusiasmo. El trabajo urbano nos ha llevado últimamente a consideraciones integrales sobre la visión de la ciudad y su planificación e incluso a propuestas de ley para mejorar la situación de sus habitantes, especialmente en los barrios periurbanos, incluyendo programas de vivienda enlazados al mejoramiento y planificación de los barrios. En este sentido, durante los últimos años, la Fundación Pro Hábitat ha estado muy activa en la promoción e inclusión del Derecho Humano de la Vivienda en la nueva Constitución Política del Estado, su aplicación ahora y la constante lucha por el Derecho Humano a la Ciudad.

Llama la atención, especialmente a lo largo de todos estos trabajos, el esmero por parte de la Fundación y por parte de las comunidades, a los llamados “casos sociales”, a familias con dificultades especiales, por la edad o por impedimentos físicos, donde la comunidad se vuelca entera a apoyarlas en su proyecto.

Todo este trabajo mereció en el tiempo reconocimientos y premios internacionales para el hábitat, alrededor de lo que se vino en llamar el Modelo Pro Hábitat, modelo que ayudamos al gobierno a implantar en parte también desde sus programas.

El modelo sin embargo ha ido sufriendo sus grandes trabas y embates, al dificultarse por una parte el financiamiento de esta labor y por otra al enredarse en la burocracia de informes, cuadros, planos y exigencias de parte del financiador, interesado muchas veces más en la cantidad que la calidad del producto, ignorando los ritmos de la comunidad y su necesidad de acompañamiento social y educativo.
Todas estas experiencias las presentamos a continuación más bien en forma de testimonio, memorias y anécdotas de muchos de los que participaron activamente en este programa durante todos estos años.

Luis F. Ramírez Velarde,
Presidente del Directorio de la Fundación Pro Hábitat - 2017
 

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